sábado, 16 de diciembre de 2017

MÁS SOBRE LA TAQIYYA . EL ENGAÑO ISLÁMICO

MÁS SOBRE LA TAQIYYA .EL ENGAÑO ISLÁMICO
El Islam es un culto paradójico para los no musulmanes. Por un lado, se la intenta presentar como una religión de paz, por otro, seguidores de esa religión son los responsables de muchos ataques terroristas desde hace tiempo.
Concretamente desde 2001, 24.000 muertos solo en ataques terroristas, no guerras oficiales. Los apologistas del Islam ponen el énfasis en los altísimos estándares de moralidad y otros dicen que es un culto basado en la ley. La noción dual de verdad y falsedad en el Islam revelan esa naturaleza paradójica. Mientras que el Corán está en contra del engaño entre fieles “Dios no guiará a aquel que se prodigue en la mentira”), el engaño dirigido a no musulmanes, generalmente conocido como taqiyya, tiene soporte coránico y entra en lo legalmente permitido a los musulmanes.
La taqiyya ofrece dos usos básicos. El primero tiene que ver con el desarrollo del concepto interno y personal de la religión, sobre todo cuando existe miedo ante una posible persecución. Muy usado por la comunidad Chii para evitar la amenaza sunní Los musulmanes sunníes, lejos de sufrir persecución, siempre que han querido y podido, han lanzado a jihad contra los infieles. Y han dado a la taqiyya otro sentido más belicista. No disimulo, engaño activo. De hecho, la táctica del engaño, que está doctrinalmente basada en el islam, se considera como igual o superior a otras técnicas militares tales como el coraje, la fuerza o el auto sacrificio.
Si según algunos teólogos, los musulmanes son enseñados a ser sinceros, como puede el engaño, no solo ser prevalente sino estar sancionado por la ley divina? ¿Qué es exactamente la taqiyya?.
¿Cómo se justifica por la Ulema y aquellos que hacen uso de ese concepto?. ¿Cómo se entiende dentro de un amplio código ético, especialmente en su relación con infieles? Más allá, ¿Qué ramificaciones tiene esta doctrina de la taqiyya para las interacciones entre musulmanes e infieles?
De acuerdo con la sharia (el cuerpo legal de reglas que define como un musulmán debe comportarse en toda circunstancia), el engaño es no solo permitido en ciertas situaciones, es obligatorio. Opuesto a la tradición cristiana, por ejemplo, los musulmanes forzados a elegir entre dejar el Islam o sufrir persecución tienen permiso para mentir y fingir ser apóstatas. Otros académicos dicen que es una obligación para preservar su seguridad, basándose en los versos del Corán que prohíben a un musulmán ser instrumento en su propia muerte.

Esta es la definición clásica de taqiyya. Basado en el significado de la palabra árabe, taqiyya (demostración de miedo), los estudiosos occidentales han entendido esto como un resorte ante la persecución religiosa y usada mayoritariamente por la minoría Chií viviendo entre sunníes. Este recurso ha permitido a los chiíes poder negar sus afiliaciones religiosas ante los sunníes de forma regular, no solo manteniendo su clandestinidad religiosa sino activamente rezando junto a sunníes.
Sin embargo, uno de los pocos libros devotos a este tema (At-Taqiyya fi´l-Islam: El disimulo en el Islam) deja claro que no se limita al miedo chií ante la persecución. Escrito por Sami Mukaram, un antiguo profesor de estudios islámicos en la Universidad americana de Beirut y autor de 25 libros sobre el Islam, este libro claramente demuestra la gran aplicabilidad de la taqiyya:
“La taqiyya es de fundamental uso en el Islam. Prácticamente todos los musulmanes están de acuerdo y lo practican. Se puede ir tan lejos como para decir que es una corriente mayoritariamente seguida en el Islam, y los pocos sectores que no lo hacen son muy pocos. La taqiyya en el Islam moderno es prevalente para usos políticos”.
Pero no es un fenómeno solamente chií. El Islam suní dominó amplias zonas de España a China. Como resultado, sus seguidores no tenían oponentes ni pedían excusas por nada, no tenían necesidad de esconderse del infiel (raras excepciones se produjeron en España y Portugal durante la reconquista donde los suníes disimulaban su fe). 
Irónicamente sin embargo, los suníes que viven actualmente en occidente se encuentran, según su percepción, en el lugar de sus hermanos chiíes, es decir, rodeados de enemigos tradicionales- infieles cristianos- incluso si estos se comportan de forma pacífica en esos países. Para resumir, actúan dentro del seno de nuestras sociedades como si estuvieran rodeados de enemigos, aunque no sea real.


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